La percepción, por un lado, es una actividad sensorial, y
por otra parte, es una construcción histórica. De alguna manera vemos lo que
otros ya han visto y el conocimiento de esta percepción condiciona nuestra
forma de aprehender el mundo.
El proceso de socialización, que todos atravesamos para
incorporarnos a la vida social, nos transmite o no provee de ciertas formas de
mirar el mundo, valores o ideas que son comunes a nuestros grupos de
pertenencia.
La simple experiencia de conocer, comienza por un proceso
dinámico y activo de intercambios entre los datos aportados por los sentidos y
el patrimonio de experiencias que se han ido incorporando a lo largo de nuestra
vida. Por todo ello, si comparamos diversas observaciones de un mismo
acontecimiento, seguramente nos encontramos con apreciaciones muy diferentes.
Lejos de ser una desventaja, esta diversidad de enfoques es una posibilidad de
alcanzar no sólo un mayor conocimiento de la realidad sino un descubrimiento de
las riquezas interpretativas que los seres humanos hacemos de la misma.
La psicología ha demostrado que la percepción es selectiva;
por ejemplo, un profesional, cuando lee el diario, mira primeramente los hechos
que están más directamente relacionados con su actividad. Los factores que
determinan la percepción son múltiples: edad, sexo, escala de valores,
etcétera.
Si bien la percepción es una construcción social y por esto
de alguna manera nos condiciona, es a través de esta capacidad que podemos
conocer, que construimos nuestras ideas sobre las cosas. Es a través de la
percepción del entorno por la que podemos elaborar un pensamiento propio.
AUDIO: Cada una con sus cadaunadas (www.radialistas.net)
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Los lenguajes: su desarrollo
El lenguaje es la herramienta que nos permite comunicarnos a
través de él podemos construir redes de intercambios que generan la cultura.
Esta práctica comunicativa que tiene por objeto producir algún sentido, es una
manera de comprender, de designar nuestra propia realidad, que se materializa
en diferentes formas de expresión, en la oralidad, o gráfico (diseño y
escritura), en la emisión de sonidos, en la construcción de imágenes. Este
sentido que se construye no está ligado al uso individual de uno u otro
hablante. El sentido es una construcción social, y por lo tanto, no se modifica
por el aporte de una persona individual, ya que el discurso generado está
definido por la red de sentidos construidos por la sociedad, que llamamos
semiosis social.
Todas nuestras actitudes comunican algún mensaje. Quedarse
sentado en un ángulo de un salón sin saludar a nadie es un signo de desinterés
por la fiesta o de la imposibilidad de establecer algún tipo de vínculo. Una
sonrisa nos confirma que quien nos escucha está feliz de nuestra presencia. En
un momento difícil, la palmada en la espalda de un amigo o amiga nos hace
sentir que no estamos solos.
El hombre tiene en sí la capacidad de trascender, de crecer,
de potenciar todas sus capacidades. Pero no puede desarrollarse sin la
presencia del otro. El lenguaje es la herramienta que hace posible el espacio
para la gestación cultural.
Los diversos lenguajes
El ser humano utiliza para comunicarse múltiples lenguajes
que se estructuran en variados códigos. El mundo, en palabras de Vogostky, se
representa en nuestra mente, pero pasa por el filtro de esa prótesis de los
sentidos que son los medios y los lenguajes. Este proceso de interrelación se
extiende a toda la evolución histórica del ser humano.
A continuación, queremos hacer un recorrido por los
distintos momentos de la evolución de las capacidades expresivas del hombre,
para comprender mejor las transformaciones que estamos viviendo hoy.
La primera forma de
comunicación seguramente fue la gestual. Una mano señalando hacia un lugar, la
dirección de una mirada, una caricia, habrán sido algunos de los primitivos
modos de intercambio comunicativo. El lenguaje no verbal o lenguaje del cuerpo
tiene una riqueza tal que abarca el 80% de todas nuestras comunicaciones.
El lenguaje gestual no tiene estructura lógica fuerte como
el lenguaje escrito, pero su capacidad expresiva es superior. Partiendo de la
observación de esta manera de relacionarnos, es que Paul Wastlawik afirmó que
es imposible no comunicar. Si hay dos personas, la sola presencia de una
afectará de alguna forma a la otra y, por lo tanto, nos encontramos siempre
ante una situación de comunicación.
Aún si el lenguaje gestual no posee un código tan
estructurado como el escrito, existen gestos que todos podemos comprender
dentro de un mismo espacio cultural. El pulgar en alto significa “suerte”, “todo
bien”. El beso, por ejemplo, es una señal de afecto que parece espontáneo, sin
embargo está reglado culturalmente. En algunas regiones de Argentina para
saludarnos damos un solo beso, en Italia dos y en algunos países del este
europeo, tres y sabemos también que los esquimales se saludan refregándose las
narices. Si bien no tiene un alto grado de codificación, los sordos, para poder
comunicarse, utilizan un código que se estructura completamente con señas.
Algunos aspectos de este lenguaje los percibimos
conscientemente; otros, menos. Existe un área de los estudios en comunicación
que se llama proxémica. Estos trabajos tienen por objeto de estudio la
influencia de las distancias físicas en los procesos de comunicación. Podrá parecerles
insignificante, sin embargo se considera que la imposibilidad de adaptarse a la
variación de las distancias de cultura a cultura, es una de las causas de que
los alumnos que realizaban intercambios inter-universidades fracasaran en la integración
social en los países que visitaban. Por ejemplo, en Argentina, y en general en
Latinoamérica, cuando hablamos con un amigo lo hacemos separados por 45 cm; en
Europa la distancia es mayor. Esto puede provocar muchos equívocos. Otra
experiencia que realizaron los investigadores, consistía en sacar fotos de
gente esperando el colectivo en diferentes países. En Alemania, entre persona y
persona, hay casi un metro. Si viven en Buenos Aires o estuvieron en alguna
oportunidad, habrán podido observar que en algunas oportunidades, la distancia
casi no existe.
Otro experimento fue el de contratar un fotógrafo japonés y
uno norteamericano. Les propusieron fotografiar una conversación informal. La
consigna fue la misma para los dos: debían fotografiar los momentos
significativos de la conversación. El fotógrafo norteamericano sacó tres o
cuatro fotos, el japonés cuatro veces más. La causa de las diferentes formas de
apreciación la encontramos en que el lenguaje gestual en la cultura japonesa tiene
mayor cantidad de matices que el de la cultura norteamericana.; en
consecuencia, para el fotógrafo japonés, los momentos relevantes de la
conversación, necesariamente, eran muchos más que los evaluados con el mismo
criterio por su colega norteamericano.
También la forma en que nos vestimos es expresión de este
lenguaje. El estar o no a la moda, contarnos el pelo de determinada manera,
usar jeans y zapatillas es un mensaje que queremos hacer llegar a otros en
forma consciente o inconsciente.
Lenguaje oral
Las primeras palabras dichas por el hombre seguramente
estuvieron ligadas por un tiempo a lo gestual.
Poco a poco, ciertos
sonidos se fueron delimitando a ciertos referentes, a ciertos símbolos, y el
lenguaje oral pudo separarse del gestual.
Durante mucho tiempo este tipo de lenguaje fue predominante
en las formas de comunicación humana.
Los intercambios orales fueron la base del lenguaje escrito.
Cuando el hombre quiso escribir, su trabajo fue descubrir cómo registrar lo que
ya se hablaba.
Aún hoy existen pueblos que no conocen la escritura
alfabética; en estos grupos se valoran mucho la tradición oral y la memoria,
sea colectiva que individual.
Naturalmente, en la actualidad, el lenguaje oral aparece
unido a los otros lenguajes, ya que lo escrito le da estructura y lo gestual la
puesta en escena (la entonación, la rapidez, o la emoción con las cuales se
dicen las palabras), o sea el contexto situacional.
La característica principal de este lenguaje es que
históricamente le ha permitido al hombre la posibilidad de establecer las
comunicaciones cara a cara. Actualmente es posible hablarnos a miles de kilómetros
y el lenguaje oral sigue siendo la herramienta por excelencia para ponernos en
contacto unos con otros.
AUDIO: Somos porque hablamos (www.radialistas.net)
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Llegamos finalmente a los intercambios mediados por códigos,
al lenguaje escrito. La codificación de la experiencia humana no es un hecho menor,
pues representa la aparición de un intercambio que ya no es cara a cara. La
escritura es el primer sistema que permite la distancia en tiempo y espacio
entre el comunicador que articula un mensaje y el perceptor destinatario de
dicha comunicación.
“Sin embargo todo cambia con los procesos de mediación. Los
medios son soportes que registran o representan y trasladan signos y lenguajes preexistentes.
Alteran, pues, las condiciones de tiempo y espacio originales. Lo oral es
atrapado por la grafía de la escritura mientras lo gestual lo es, en su caso,
por la pintura y el dibujo.
Algo se pierde y algo se gana en este proceso de mediación.
Se gana en alcance espacial, en dominio del tiempo, en distanciamiento y en
conciencia de los usuarios sobre sus propios lenguajes. Se pierde, en cambio,
en inmediatez, en realismo, en presencia. La mediación introduce la ausencia
del sujeto en la situación de comunicación y potencia el sentimiento de autonomía
e independencia del mensaje, en definitiva, del binomio medio/signo.” Perez
Tornero, José Manuel: Comunicación y educación en la sociedad de la
información. Ed Paidós Iberica. Barcelona 2000
Se presume que el interés por registrar la propia vida por
escrito surgió en las comunidades agrícola-ganaderas, con el objetivo de llevar
una cierta contabilidad de su trabajo.
En la prehistoria de la escritura (IV milenio antes de
Cristo, era neolítica) encontramos las representaciones pictográficas, que
consistían en el diseño de imágenes y objetos. Una espiga significaba cereales,
el diseño de un cuerpo significaba una persona y un animal era la
representación del alimento.
El salto hacia la escritura propiamente dicha se produce
cuando se dejan de usar las imágenes y se comienza a representar el sonido con
el cual se designa al objeto, es decir pasando a representar ideas. Este tipo
de escritura se denomina escritura ideográfica. La escritura cuneiforme de los
sumerios (aproximadamente 4000 años antes de Cristo) es el primer tipo de
escritura silábica. Ya poseían cuatro letras autónomas (vocales),
pero no llegaron a codificar un alfabeto completo.
Con la evolución de los signos ideográficos surgió la
escritura alfabética. El alfabeto es un conjunto de letras que por sí mismas no
tienen sentido. Es a través de la combinación entre ellas que se puede designar
toda la realidad que nos circunda.
Fueron los fenicios los que lograron reducir su alfabeto a
22 caracteres de tipo consonante, con las cuales podían escribir cualquier
palabra de su idioma. Hacen parte de este código las representaciones
numéricas.
*Fragmento del capitulo "Manifestaciones Culturales, la cultura como símbolo, Cultura y comunicación, Editorial Stella, 2005.
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